¿Puedes imaginar un lugar con montañas, playa, mar y en el que además haya un castillo? la respuesta: Tossa de Mar. El sitio ideal para respirar historia, y a su vez disfrutar de unos langostinos en el centro de la Costa Brava. Un día aquí se vuelve inolvidable.
También disfrutaremos de Cala Sa Conca. Una extensa cala con arena fina y aguas turquezas. Quedarás sorprendido de las mansiones que la rodean, como así también de sus verdes bosques con vegetación mediterránea.